lunes, 13 de septiembre de 2010

Comprar en ikea un mundo de nuevas sensaciones


Llegas a ikea por primera vez y se abren ante ti un mundo de nuevas sensaciones: yo personalmente visito el de Matosinhos (Portugal) por proximidad y por mi soltura con el idioma hermano.

Primero coges la bolsa amarilla (“¿quien diseño esta bolsa?” no lo sé, pero es un genio, te hace pillar un carro rojo enano al momento y seguidamente un carro grande) y en un principio un lápiz (piensas que prácticos para los niños, disimuladamente coges un manojo de 30 ó 35, más tarde te darás cuenta que pintan menos que un 6h de staedtler: un amigo mío muy manitas en varias visitas llegó a acumular 800 y se hizo un mueble minibar con ellos,(parece ser que la madera que utilizan para los muebles es la misma que la de los lapicitos): seguidamente accedes a la sección de sofás y ves a un montón de familias tontobabas (entre las cuales me incluyo) probándolos, unos saltan, otros se ríen, las familias más numerosas se colocan: cinco en un sofá para dos a ver si caben y aguanta el peso, otros apuntan referencias con el famoso lápiz con mina de escritura invisible (estadísticamente esta comprobado que el 90%, acabará no comprando nada,ya que no es capaz de descifrar las referencias que apuntó), entonces observas que hay una tarjeta familyikea con ventajas y promociones: vuelves a la entrada (yo tengo 12: las 12 veces que he ido, esta chupado conseguirla), te sirve para conseguir descuentos en 16 contados productos entre 14.000 referencias (un chollo) y tomar café papamericano gratis (te va a hacer falta para estar concentrado).

Después de meterte en el laberinto de diseño Sueco y llevar dos horas aturdido, te surgen las típicas necesidades fisiológicas e intentas encontrar los baños, dejando como referencia para localizar a tu mujer un mueble Billy blanco lacado de 79,90€ con 4 patas (que primarios y simples somos los hombres, pero que bien nos orientamos). Una vez en el baño te das cuenta que el de adultos es de unas medidas normales y el de bebes parece una suite del palace,incluso tiene cambiador de pañales( me he informado y no vale para mayores con pañales de incontinencia).

Tras 4 horas llegas al self service y se te saltan las lágrimas, te trae recuerdos de cuando eras medio pensionista en el cole, las mismas bandejas, parecidas señoras añosas que te sirven la comida (¿dónde están las portentosas y hermosas mujeres suecas?), parecidas mega albóndigas insulsas pero con su salsita bien pesada siempre con mucha cebolla, tomate y ajo. Seguidamente te asalta la duda de con que criterio expide la FCNAP (Faculdade de Ciências da Nutrição e Alimentação de Portugal) el carnet de manipulador de alimentos. Ahora descubres lo mejor: helado cucurucho 1 euraco y bebida lo mismo para rellenar hasta el infinito y más allá como dice BuzzLightyear. Aquí se podría hacer un estudio de cómo actúa y que pulsaciones alcanza el ser humano ante la máquina de helados y la de bebidas. Vayamos por partes: ante la de bebidas, pues eso, bebemos hasta la extenuación probando todo tipo de mezclas e incluso algunos han llegado a comer las famosas albóndigas con Nestea, en el apartado helados, uno se sirve su cucuruchillo con elegancia y destreza, después de haberla cagado un rato, hasta que te das cuenta que tienes que ponerlo en el sujeta conos y no sujetarlo con la mano. Seguidamente miras alrededor para que no cante mucho y te lanzas a cargarlo de nuevo, cada recarga te vas creciendo y te diriges hacia la máquina con mucha mas seguridad y soltura, poniéndose la galleta mas chuchurría y blandengue (la galleta del susodicho cucurucho, puede llegar a aguantar 12 recargas: esto último esta comprobado por un servidor), ahora aquí es cuando viene lo mejor, y es ver como actúa la gente en las recargas del cono. Los profesionales se sitúan cerca para que cada recarga sea menos llamativa ante los ojos de los demás, los sobraos muy lejos para que parezca que lo recargan por primera vez (aunque la mayoría de las veces el decrépito aspecto de su cono los delata), los más cutres comparten un cono entre 3 procurando nunca llegar, por temas de escrúpulos y salubridad, a tocar con la lengua el ya de por si débil barquillo, los descarados cargan el helado sin ton ni son sin importarles si a la galleta del cono le quedan 2 cm de altura, los despistados y los vergonzosos se sirven uno y siguen de compras (lo que se pierden). Lo siguiente es la traca final, el almacén de recogida de productos (a mi me recuerda a la peli de Indiana Jones donde guardan al final el Arca De La Alianza en “En busca del arca perdida”). Es entonces cuando tenemos que echar mano de las matemáticas que tanto odias y recordar el tema de volúmenes o en el caso de que la compra no te quepa en el coche, el problema de: “una camioneta alquilada sale del ikea con 500 € de mercancía, dirigiéndose a tu lugar de origen a 40 km de distancia: si alquilarla te costo 200€, calcula a como te salió el km y cuanto te costo el kilo de mueble sueco de diseño, por último si te compenso la compra.

Si a todo esto no le has encontrado ninguna sensación gratificante, siempre tienes el puesto en la salida de “sobres de salmón Noruego también a 1€” para llevar a tus suegros que te quedaron con los niños y el puesto de perritos plastiqueros con cebolla crujiente espolvoreada. Comentan los más entendidos en el tema que estas salchichas están recubiertas de un fino plástico comestible que esta reciclado de la fabricación de sus productos y ya se sabe que estos Suecos son muy ecológicos amen de listos.

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