Mansour es un ex-tenista nacido hace 56 años en
Arak, un pueblo al sur de Irán. En esta ciudad trabajó como
recogepelotas, donde al tenerle prohibido jugar por ser pobres, se
dedicó a observar a los demás jugadores. Su primera raqueta fue
destruida por uno de los guardias, por lo que aprendió a jugar al tenis
con las manos o con objetos como escobas o sartenes. Como el mismo
reconoce, su dominio total de la raqueta le viene de pasarse gran parte
de su juventud jugando con estos instrumentos.
Debido a la falta de jugadores del equipo iraní, se le permitió acceder, colaborando en una victoria de Copa Davis a los 16 años.
En 1970 la Revolución Islámica hizo que el tenis se viese como un
deporte capitalista, provocando el cierre de todas las pistas de la
ciudad. Consiguió un pasaje a Niza y escapó con todos sus ahorros (200
dolares), los que se jugó en un casino y los perdió.
Como el mismo reconoció en una entrevista, comía dos veces por
semana, se pasaba las noches caminando por miedo a dormir en la calle,
cuando veía a un policía salia corriendo puesto que estaba en posición
de inmigrante ilegal. Un día su suerte cambió. Una empleada de la
Federación Francesa le consiguió un lugar en la previa de Roland Garros, la cual ganó. La gente empezó a interesarse por él después de conocer su historia por la radio.
En su carrera deportiva como singlista no consiguió apenas éxitos. Fue en dobles donde alcanzó su máximo triunfo en la final de Roland Garros de 1989. La Gira Champions Outback (serie
de torneos para ex-jugadores ATP mayores de 30 años, donde el
espectáculo es esencial) se fijó en Bahrami como representate perfecto
de estos eventos, permitiéndole jugar en escenarios como las pistas
centrales de Grand Slam, cosa que en su tiempo como jugador le fue
impensable.
A día de hoy viaja como cualquier otro tenista por todas partes del
mundo disputando torneos de exhibición, en los que deleita al público
con shots como: “willys” por debajo de las piernas, tiro con efecto de retroceso, saques de todos los tipos y sobre todo su sentido del humor. Los partidos en los que este mago de la raqueta esta presente, se convierten en todo un espectáculo para el público, el que las risas estas aseguradas.
Aquí os dejo un vídeo para que veaís como se las gasta el maestro del show tenis.
Lo siento Iver a veces te soy infiel con Phoenix , no me puedo resistir.
Cada vez me gustan más estos directos improvisados por la Blogotheque
¿Alguien conoce a ese par de guiris españolas en Paris?¡¡Dios!! que envidia